La siguiente literatura fina fue tomada del blog homónimo de Bruno Aceves (H).

«Pesero:
Transporte colectivo que se reproduce con facilidad en las grandes urbes del tercer mundo.

El sistema de cobro, junto con su sangre depredadora y su espíritu libre, hacen que se caracterice por no parar completamente nunca, ni para subir ni para bajar pasaje, ni ante un semáforo en rojo. También se le llama pesero al conductor del vehículo, que es quien en todo momento va controlando el volumen y la estación del radio y el único que puede escupir a la calle a abriendo un poco la primera ventanilla. De él depende que las puertas nunca se cierren, lo que aumenta enormemente la capacidad de carga del vehículo.

La relación entre ambos es tan estrecha, que no se sabe dónde termina el asiento del camión, que generalmente trae puesta una camiseta del operador a modo de vestidura, y dónde empieza la pierna del niño gordo que lo conduce. Muchas personas aseguran, de hecho, que es imposible saber dónde termina la máquina y dónde empieza la bestia.»