Qué curioso.

Muriel tiene como proyecto de titulación elaborar un catálogo de timbres postales, postulando que la filatelia es tan válida como cualquier otro coleccionismo (y eso que nunca ha enviado una carta).

En su primer capítulo habla del nacimiento del Servicio Postal y menciona la creación del primer timbre postal de la historia, el Penny Black, que sale a la venta el 6 de mayo de 1840 como creación de Sir Rowland Hill.

Como hasta la fecha sucede con los timbres de Gran Bretaña, éste mostraba la efigie de la reina de perfil; en este caso la Reina Victoria. El Penny Black o «Penique Negro» ya era un timbre adhesivo, es decir que presentaba engomado al reverso, lo cual nos lleva a la 4ta nota al pie de Muriel:

4.- Provocó algunos comentarios desfavorables porque resultaba un insulto lamer el reverso de la imagen y porque el retrato se ensuciaría con la cancelación.

Comentarios muy victorianos. De cualquier manera, a partir de entonces parte del rito para enviar una carta involucraba «to lick the Queen’s behind«.

Con razón ahora en todas las oficinas postales del Reino Unido encuentra uno de esas esponjas húmedas para sopear los timbres sin tener que sacar la lengua.