Siempre he creído que una obra tiene correspondencia con un sólo epígrafe que le calza a la perfección. Cuando se ponen dos quiere decir que hay algo confuso en la obra o en el autor (o en la relación entre ambos). Y cuando se ponen tres o más resulta cuando menos pretencioso.
Pero ahora para mi novela en proceso, Negra simiente de la escritura, tengo de entrada tres que me parecen a la medida.
Acá van:
El que más me gusta ahorita.-
«Toda a gente sabe que a arte é uma forma de magia. O que ninguém sabe é o que é a magia. Torna presente o que está ausente, sem que se saiba como. Acontecem coisas sem que se compreenda por que acontecem e, precisamente, o que menos interessa é saber ou comprender. Fascina e arrepia. Eu andei a brincar com cosas que näo devia. Percebi tarde que as consequências do que fazia fugiam por completo ao meu controlo, que a partir de certa altura, bem cedo, näo era eu que jogava, era eu o jogado. Come-cei convencido de que näo conseguiria. Bastava-me o conforto da tentativa».
Pedro Paixao, Cala a minha boca com a tua
La del origen.-
; pero a los hermanos Colasberna y sus socios su presencia les inspiró mortal inquietud, el terror de la despiadada inquisición, de la negra simiente de la escritura.
Leonardo Sciascia, El día de la lechuza|
La que alude a Lotar.-
[…] y en este sentido se puede decir lo que cualquier detective sabe: que todo acto de violencia, como un gesto discursivo, lleva una firma. Y es en esta firma que se conoce la presencia reiterada de un sujeto por detrás de un acto”.
Rita Laura Segato
Y la de Nabokov (que en realidad es de John Shade), que ya descarté.
¿Cuál? ¿Cuál? ¿Cuál?