En el suplemento «El Ángel» de Reforma salió hoy un artículo mío por el aniversario de Marshall McLuhan, que cumpliría un siglo el 21 de julio. Pongo acá algunos fragmentos del principio y recomiendo ampliamente la lectura de este autor: hay ideas suyas que siguen muy vigentes.


El profeta de la aldea… global

Marshall McLuhan (1911-1980) marcó el lenguaje con que nos referimos a la realidad contemporánea con expresiones como la «aldea global». ¿Pero a qué se refería exactamente y qué tanto se han cumplido algunas de sus predicciones expuestas en tres libros básicos: La aldea global (1962), La comprensión de los medios (1964) y El medio es el masaje (1967)?

La idea primordial de este autor canadiense es que las nuevas tecnologías tienen efectos sobre nuestra cognición, lo que a su vez afecta la manera como nos organizamos socialmente. … McLuhan escribió en los 60 que la Tierra se había contraído a las dimensiones de una aldea (la famosa «aldea global») gracias a la tecnología electrónica, que permite el movimiento instantáneo de información de manera simultánea entre varios lugares sin importar qué tan alejados estén. En esta aldea donde el tiempo y el espacio se vuelven irrelevantes, la electricidad convierte al planeta en un circuito de resonancia tribal que apela más a las emociones que a la razón; un campo simultáneo de asuntos humanos donde las señales resuenan como el tam-tam de los tambores.

Cotidianamente recibimos evidencia de lo que McLuhan aventuraba. Que el grito delirante de un borracho en las calles de Nayarit (¡FUAAA!) reverbere por Twitter hasta la televisión en cadena nacional, y de ahí su eco rebote de nuevo por otras redes como Facebook, es un claro ejemplo de la oralidad tribal que McLuhan avizoraba.