Después de subir la entrada anterior recordé una de las primeras cosas que escribí, hace como veinte años, y que había olvidado por completo. Me llama mucho la atención la coincidencia, así que pongo aquí dicho flashback primigenio o premonición invocadora:
Llevas mucho tiempo ahí adentro; demasiado. Sea porque estás atrapado o porque te estás escondiendo, es hora de salir de ahí. Comienzas a moverte de la posición en la que te encuentras y de la que de tanto estar así te has entumecido. Las paredes que te rodean son húmedas y tibias, abultadas y suaves, y sientes cómo de alguna forma se mueven ayudándote a salir. Con gran esfuerzo comienzas a avanzar, y te das cuenta de que lo que sentías como una cadena que partía de tu vientre es apenas un listón. Mientras sigues esforzándote, una grieta se abre de repente, y algo se filtra por ahí. Algo mágico y alucinante con lo que no habías tenido contacto antes. Al principio te lastima, te hace enconcharte y regresar a la posición en la que estabas antes. Tardas un momento en acostumbrarte, pero después la contemplas fascinado. Te estiras para tocarla pero no puedes, tratas de sorber un poco de eso pero tampoco lo logras. Te encaprichas y tratas de seguirlo, continuando con la ruta que desde hace miles de generaciones fue trazado para ti. Sigues adelante, lentamente, empujando las paredes como vas pudiendo, dirigiéndote al lugar por donde entra esa cosa nueva. Estás a punto de lograrlo, conforme avanzas la grieta se ensancha más y más, y la substancia extraña que antes nada más te rozaba ligeramente comienza a bañarte por completo: estás naciendo.
y dicen, que igual nos morimos…
Bienvenida a la luz Ana Lucía.
Gera