Es curioso el parecido entre las ratas y las obsesiones. Siempre están por ahí, más cerca de lo que imaginamos, pero cuando finalmente asoman la nariz igual nos asustamos. Más raro todavía es que una de esas obsesiones sean las ratas mismas.
Acá van un par de ejemplos de cómo lo que puse en mi primera novela es apenas un tímido presagio. El primero es un reportaje en audio de la BBC sobre una extraña invasión de ratas que se da cada 48 años en la provincia de Mizoram, en la India. Es de veras bueno.
Y este otro de Guillermo Núñez Jáuregui menciona un par de casos en Xinjiang, China, y, de todos los lugares, Hamelin, Alemania. Lo cual viene a subrayar las verdades ocultas en los cuentos de hadas, tan disimuladas y presentes como la rata más cercana.