Sobre el tema anterior de drenaje e inundaciones, el artículo «Tsunamierda» de Guillermo Sheridan está muy bueno, con la dulzura que lo caracteriza. Salío en la columna Gesticulaciones en junio de 2005 en la revista Letras Libres. Van un par de párrafos:
Pero hace unas semanas leí una noticia espeluznante, que aquella novela macabra calculaba para el año 2027, mas lleva todas las de cumplirse antes de lo imaginado: resulta que la ciudad de México se encuentra peligrosamente próxima a convertirse en un gran lago de mierda. Esto no está dicho en el sentido figurado ni es metáfora de la atmósfera desaseada que se respira en la política y en la moral del país. Es un hecho científico (en serio).
Según la prensa del naciente abril —que cita a varios técnicos—, los veinte millones de habitantes de la ciudad generan DOS MILLONES Y MEDIO DE LITROS POR MINUTO de «aguas residuales», para emplear ese púdico eufemismo. Ese turbulento horror, en principio, es evacuado por un río llamado (enigmáticamente) de Los Remedios, y por el vetusto Gran Canal, y por el «Drenaje Profundo», de cuya desembocadura sólo se informa que se ubica en el gracioso cuanto próspero vecino estado de Hidalgo.