Acá va una primera sinopsis de lo que estoy escribiendo ahora.

NEGRA SIMIENTE DE LA ESCRITURA

“Macbeth” de William Shakespeare lleva como cauda una tradición funesta que ha convertido en varias ocasiones esta tragedia literaria en una real. Con frecuencia los actores resultaron asesinados en escena o estuvieron a punto de ser aplastados por la escenografía. Algunas versiones atribuyen estas fatalidades a que los diálogos y hechizos de las brujas que en ella aparecen contienen magia auténtica. Incluso mencionar el título de la obra en un teatro trae mala suerte, como si la palabra misma condensara algo de esos conjuros.

Según descubrimientos recientes el Universo está conformado por algo que los científicos no han podido definir, pero que nombran: “materia oscura”. La Biblia describe como primera tarea divina separar la luz de las tinieblas mediante la palabra . Por su parte, el Evangelio de Juan asevera: “En el principio fue el verbo.” La palabra y la escritura también son consideradas sagradas por el Corán, mientras que el Zohar afirma que el alfabeto es la materia del universo. ¿Coincidencias? ¿O es posible que la palabra, de ser moldeada según ciertos principios, pudiera pulsar las fibras más sensibles del universo?

Ernesto Sabato, quien refiere en su obra una y otra vez la naturaleza impenetrable y oscura del mundo, dice en Abbadón, el exterminador : “Símbolos, letras y cifras. Salen de la magia antigua, de los gnósticos y del Apocalipsis según San Juan.” De aquí surge el poder de invocación de la literatura. La palabra es una semilla, oscura de tinta, que brota de las obsesiones de la humanidad y germina en el fermento de la imaginación con potencial a veces ilimitado.

Negra simiente de la escritura será una novela que explore estas conjeturas a partir de la siguiente trama, cuya primera versión a continuación se esboza:

Reinaldo Hilcen se encuentra en Londres becado para realizar un doctorado sobre William Shakespeare. Mientras lleva a cabo su investigación en la Biblioteca Británica se topa con un expediente peculiar. No se vincula directamente con su tema de tesis, no está ni siquiera seguro cómo se cruzó en su camino, pero asocia los años perdidos de Shakespeare (1585-1592) con una sociedad secreta.

Hilcen comienza a seguir el hilo de esta madeja. ¿Existe, como sugiere el expediente, una cofradía secreta que se oculta tras el nombre umbra sumus, lema y esencia de la organización? Un ejército de sombras de origen y conformación orientales, siempre en los entretelones de las intrigas más abyectas y del tráfico de las mercancías más viles. Sólo se ha podido detectar su presencia cuando ya no están, cuando han escapado de un asunto para comenzar el siguiente.

La leyenda sugiere que en el año trece del segundo emperador Manchú (Kiang Hsi) un monasterio de monjes guerreros fue reclutado para derrotar una rebelión en Fukien. Como recompensa el monasterio recibió poder imperial, pero luego el emperador percibió en estos monjes budistas una amenaza y envió al ejército. Sólo 18 monjes escaparon; cinco sobrevivieron a la persecución. De estos cinco, se cree que cada uno fundó un monasterio, una sociedad secreta. Se infiltraron a Europa en la Edad Media, posiblemente con el regreso de Marco Polo: emisarios que actuaban sólo de noche, embozados por la oscuridad para ocultar los rasgos que los hubieran puesto en evidencia de inmediato.

La investigación que Hilcen lleva a cabo, ahora en las calles más que en las bibliotecas, lo lleva a la ex mezquita Jame-e-masjid, al este de Londres. Fue construida como iglesia en 1743 por hugonotes que huían de la persecución en Francia y que se dedicaban al tejido de la seda. En 1809 los hugonotes salieron de ella y una congregación metodista se mudó para 1819. Después, entre 1898 y 1976 aquel edificio en la esquina de Fournier Street y Brick Lane fue la Gran Sinagoga de Spitafields. Pasó finalmente a ser una mezquita bengalí que cesó de funcionar hace apenas unos años. Este tránsito de cultos tan distintos por el mismo edificio fue propiciado por la sociedad, que ahora lo ocupa como cuartel general.

Umbra sumus, al igual que la mafia china de la cual se desprende, opera en triadas. El término “triada” fue acuñado por las autoridades británicas en Hong Kong para referirse a la figura triangular del carácter chino para “sociedad secreta”. La forma de este símbolo tipográfico indica un subtexto religioso pues representa unidad entre el Cielo, la Tierra y el hombre. Ya que la seda fue una de las primeras exportaciones chinas, y tejerla el oficio de los hugonotes que construyeron el edificio de Jame-e-masjid, no le resulta descabellado a Hilcen pensar que éste fue el modo en que umbra sumus maquinó su penetración en la ciudad.

El nombre de la sociedad, sombra somos, apela también a la esencia de su tráfico y a su temprana detección de las facultades que la palabra puede tener para afectar la realidad. Por eso la sucesión de religiones en el templo y en especial la larga permanencia judía, pues puede que la Cábala contenga los conocimientos más afinados con respecto a los principios que rigen a dicha semilla oscura e invocatoria.
Siglos antes estuvieron ya a punto de lograrlo. Reinaldo Hilcen elucubra que debió haber sido el propio Shakespeare quien descubrió esta simiente durante sus años perdidos, pero luego se negó a proporcionárselas. Los resultados, sin embargo, son evidentes en su obra, principalmente en sus tragedias aunque también en el hermetismo de su poesía. Dentro de sus sonetos destacan los que dedica a la Dama Oscura cuya identidad permanece como un misterio, pero podría tratarse de la Negra simiente de la escritura.

En sus últimos años, Shakespeare abandonó las tragedias y se dedicó a escribir sus romances tardíos que terminan en finales felices como “Cymbeline”, “El cuento de invierno” o “La tempestad”. Consciente del poder de sus propias invocaciones buscaba un final feliz para sí mismo y para el futuro de su obra. Aunque lo logró, parece que en sus últimos días la sociedad halló su rastro. Consiguió, sin embargo, burlarlos. Shakespeare sigue enterrado a 17 pies de profundidad en la Iglesia de la Santa Trinidad de Stratford-Upon-Avon. Su epitafio fue escrito por él mismo:

Buen amigo, en nombre de Jesús abstente
de escarbar el polvo que aquí me encierra.
Bienaventurado sea quien dispense estas piedras,
Y caiga una maldición sobre el que mueva mis huesos.

Todo sugiere que alcanzó a llevarse el secreto de la Negra simiente de la escritura a la tumba, y la usó por última vez para sellar sus restos y al propio secreto contra quien quisiera profanarlo.

Desde entonces umbra sumus ha seguido tras esta simiente por otras vías. Hilcen comienza a tantear el riesgo que esta sociedad representa en estos momentos por la cantidad de ciudades en las que sus triadas tienen presencia. Actualmente hay 60 millones de chinos viviendo fuera de su país, forman la minoría más grande de expatriados que hay sobre la Tierra. A donde quiera que emigran siempre han creado barrios chinos que se ubican estratégicamente cerca de los centros de la ciudad y los núcleos de poder. Pero al tratar de comunicar los resultados de su investigación, Reinaldo es acusado de racista y de ser políticamente incorrecto por organizaciones civiles chinas, sin duda vinculadas a la sociedad, y es deportado a México.

Reinaldo ha aprendido que no hay frontera lo suficientemente sólida como para contener a las sombras. Según sus indagaciones, ahora umbra sumus está comenzando una operación de tenaza sobre occidente por ambos extremos del hemisferio: continentalmente hasta Londres y el Atlántico y por el Pacífico vía la Ciudad de México. Esta sociedad ha diversificado sus actividades. Mediante medicamentos herbolarios para bajar de peso, aumentar la potencia sexual y demás soluciones que sólo atienden la vanidad y la inseguridad de la gente, sus fantasías y fantasmas, buscan controlar su voluntad. La farmacopea china es la más antigua y mejor estudiada del mundo. Además de las razones geopolíticas, están aquí porque la farmacopea mexicana junto con la hindú son las otras dos principales. Con los conocimientos de estas tres culturas reunidas y la mano de obra más abundante y barata del mundo, la mafia china puede maquilar cualquier producto que precise, así sea un té o un satélite.

Hilcen adopta como centro de operaciones La Pagoda, una cafetería china abierta las 24 horas que se ubica equidistante entre la calle de Dolores, el Zócalo y la Merced, donde se encuentran varias maquilas de herbolaria. Durante sus largas noches de guardia Reinaldo se enamora de Lolita, una mesera de rasgos aniñados que trabaja el turno de madrugada. En medio del romance que comienzan, ella le descubre que ha tenido trato con la sociedad, incluso con Leotar Zong-Leoso, líder supremo de umbra sumus que opera desde la Ciudad de México.

Zong-Leoso está cada vez más cerca del vínculo entre magia y literatura que puede darles el medio para que la gente consuma masivamente sus productos. Hilcen detecta que esta respuesta debe encontrarse también en el Centro, entre Santo Domingo (donde confluyen las librerías de Donceles, las imprentas y los escribas) y el mercado de Sonora (donde despachan brujos y se venden todo tipo de yerbas y artilugios mágicos.) El punto intermedio es el Claustro de Sor Juana, lo que resulta natural pues la monja jerónima parece haber tenido conocimiento sobre la Negra simiente de la escritura.
En la culminación de la novela Reinaldo y Lolita se verán perseguidos por la sociedad secreta que está a punto de cumplir sus planes, y su única salida (y tal vez la de todos nosotros) será utilizar lo que han descubierto sobre la Negra simiente de la escritura para defenderse e invocar para sí mismos el más feliz de los finales.