En una librería de viejo me topé con una biografía sobre Ernest Hemingway escrita por Anthony Burgess, autor de La naranaja mecánica . La biografía se lee muy bien y da cuenta de hechos como la relación amistosa entre James Joyce y Ernest Hemingway en París por ahí de 1925.

Joyce decía: «Es un buen escritor, Hemingway. Escribe tal como es. Nos gusta. Es un campesino grande y poderoso, tan fuerte como un búfalo. Un deportista».

Mientras que de Joyce, Hemingway opinaba: «Tenía miedo de algo, relámpagos y esas cosas, pero era un hombre maravilloso. Sufría diversas penalidades; su esposa, su trabajo y sus pobres ojos. […] Salíamos a beber y Joyce se metía en una pelea. Ni siquiera podía ver al otro y decía: ¡’Dale, Hemingway! ¡Dale!'».